Paseo Los Trapenses fue concebido como un centro comercial de carácter vecinal orientado a los servicios. Dadas las características de ubicación en la trama urbana del loteo, el edificio busca ser un punto de referencia en la silueta del barrio e intenta consolidarse como un lugar de encuentro e intercambio.
Existen dos estrategias arquitectónicas para conseguir esto. La primera es la actitud del edificio hacia la calle. Este se cierra con una fachada de 170 metros de largo cuyo diseño está inspirado en la cualidad gráfica de un código de barras, elemento simbólico que denota la transacción comercial de un bien de consumo doméstico. Esto, acompañado de un degradado de 62 colores que hacen que el edificio vaya cambiando de color del amarillo al azul a medida que se recorre por su frente desde el automóvil. Es una fachada de velocidad, para ser leída en movimiento. Los colores además le otorgan un carácter lúdico y menos serio, que habla de su función, de comprar entretenido. En otras palabras, la fachada hacia la calle es un letrero en si. Un letrero que esta diciendo: “Este es un Centro Comercial, Alegre”.
La segunda estrategia va orientada a generar un lugar de encuentro, de permanencia de paseo, de esparcimiento. Para ello el edificio se vuelca hacia el interior y en ese interior se arma una plaza, un espacio más calmo, cobijado de la calle por el edificio y abierto a la fantástica vista de los cerros y la cordillera. Esta plaza está pensada a la manera de las plazas europeas, una plaza dura donde puedan ocurrir eventos y espectáculos al aire libre, un lugar de encuentro, algo así como resucitar la antigua plaza cívica como facilitadora del intercambio social, tan ausente y tan necesaria en los nuevos barrios residenciales. En ese espíritu, y a diferencia de los malls tradicionales, el proyecto apuesta a que el automóvil y el peatón se mezclen y compartan el mismo suelo. Así, estacionamiento y plaza peatonal son una misma cosa.
En esa misma apuesta, la fachada del interior que conforma esta plaza, es un gran muro de activación visual que se ha diseñado con casetones a lo “Mondrian”, que sincronizan un ordenamiento de imágenes diversas que otorgan color y variedad y que vitalizan la experiencia vivencial de esta plaza. Estos casetones sirven de soporte para exposiciones de arte, fotografía, pintura infantil, etc… Pero principalmente se ha pensado como un gran muro publicitario como algo más propio de la cotidianidad del espacio público. Y en ese sentido esta fachada se termina de construir con la gráfica itinerante que en ella ocurra.
Año: 2004
Localización: Av. Camino Los Trapenses 3515, Lo Barnechea, Santiago
Superficie construida: 26.137 m²
Superficie del terreno: 18.961 m²
Materiales predominantes: Hormigón arquitectónico, estuco pintado, vidrio y revestimientos metálicos prepintados
Calculista: Luis Soler y Asociados
Constructora: Salfacorp
Sanitario: Gustavo Contreras
Climatización: Termosistema
Electricidad: Concha y Gana
Paisajismo: Teresa Leighton
Iluminación: ARQ + LUZ
Señalética: Fileni & Fileni
ITO: Juan Eduardo Mujica